Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Prevención del Suicidio, el Teléfono de la Esperanza inaugura una línea de teléfono móvil (717 003 717) para optimizar los servicios de prevención del suicidio que presta a la sociedad española. Con el lema ROMPE EL SILENCIO iniciará una campaña de sensibilización por toda la geografía española para concienciar sobre la necesidad de invitar a las administraciones a elaborar programas de atención y a la opinión pública a incorporar el discurso sobre la prevención del suicidio. Unido a esto, queremos hacer un llamamiento a cuantos se sienten perseguidos por el fantasma de suicidio a que ROMPAN EL SILENCIO y compartan su dolor.
A finales de febrero de 2017 el Instituto Nacional de Estadística ha publicado las cifras sobre las causas de fallecimientos en España en 2015. El suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa, con 3.602 fallecimientos, 2680 hombres y 922 mujeres. Por detrás se situaron las caídas accidentales (2.783 muertes) y el ahogamiento, sumersión y sofocación accidentales (2.672 muertes). Por accidente de tráfico fallecieron 1.880 personas y por Violencia de Género 57 mujeres.
El Teléfono de la Esperanza considera necesario trasladar a la sociedad española algunas reflexiones con motivo del Día internacional de la Prevención del Suicidio:
• El suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa superando ampliamente a los fallecimiento por accidentes de tráfico o violencia de género.
• Estamos sorprendidos de la escasa repercusión mediática de las muertes por suicidio. Mientras que las víctimas de los accidentes de tráfico o de la violencia de género tienen una amplia cobertura mediática y se emplean cuantiosos medios para su prevención y erradicación, el suicidio sigue siendo el gran olvidado. Esto a pesar de duplicar a las del tráfico y multiplicar por 60 a las de la violencia machista.
La OMS aconseja, desde el 2002, que se dé visibilidad al suicidio con normalidad, por tanto, piden a los periodistas «alejarse de las leyendas urbanas que tanto daño hacen. Y nos referimos a esa leyenda que dice que hablar del suicidio produce un efecto contagio». Hablar adecuadamente del suicidio ayuda a prevenirlo.
• No entendemos el retraso con el que se publican estas estadísticas y la falta de un análisis en profundidad de las mismas. Sobre todo cuando comparamos este trabajo con el que se nos ofrece de las cifras macroeconómicas o el seguimiento de las víctimas de tráfico o de la violencia. Esto tiene su importancia dado que la baja disponibilidad y calidad de los datos disponibles mediatiza la posibilidad de establecer políticas adecuadas de prevención.
• Estamos convencidos, y en esto coincidimos con muchos otros profesionales, que muchos suicidios consumados son contabilizados como muertes naturales o por accidente. Las razones son múltiples, pero sin duda el tabú y el ostracismo que rodea a estos fallecimientos tiene mucho que ver.
• La experiencia acumulada por nuestra ONG en 45 años de historia nos ha enseñado que el suicidio es una de la formas de morir más trágicas y dolorosas. El suicida muere solo y el grado de sufrimiento que tiene que soportar antes de terminar con su vida es difícilmente comprensible para quienes no hemos vivido esa experiencia. Hemos aprendido que a ese sufrimiento personal hay que añadir las severas secuelas emocionales que provoca en su entorno socio-familiar y que, en muchos casos, acompañan de por vida a los afectados. La experiencia nos permite afirmar con rotundidad que la conducta suicida se puede prevenir.
Aprovechando el Día Internacional de la Prevención del Suicidio, el Teléfono de la Esperanza quiere trasladar a la opinión pública algunas propuestas para avanzar en el camino de la prevención:
o Necesidad de un Plan Nacional de Prevención del Suicidio que genere un marco para la creación de planes autonómicos y dotación presupuestaria para su puesta en marcha y ejecución.
o Mejora de la Atención Primaria de salud en referencia a la detección de personas en riesgo.
o Incrementar la calidad de los servicios de Salud Mental hoy colapsados y con escasos recursos humanos y económicos, al tiempo, que se implementan campañas que aminoren el estigma social que acompaña al enfermedad mental.
o Plan de formación para sanitarios, profesionales de la enseñanza trabajadores sociales, personal de los servicios de emergencia y de los cuerpos de seguridad, y trabajadores en el ámbito de tercera edad incorporando la prevención del suicidio a los planes curriculares.
o Solicitar al INE una mejora sustancial en los estudios estadísticos.
o Apoyo y escucha a las organizaciones dedicadas a la prevención y a aquellas que aglutinan a los afectados y sus familias.
o Compromiso de los medios de información para ofertar una comunicación veraz y preventiva, dando visibilidad al problema y a las estrategias preventivas.
o Plan de actuación en la Redes Sociales para la detección temprana de riesgo de los más jóvenes.
El Teléfono de la Esperanza, con sus limitaciones, está trabajando en estas líneas de actuación. Hemos presentado en el Congreso de los Diputados, de la mano de UPN, para presentar una Proposición No de Ley en relación a un Plan Nacional de Prevención. Hemos colaborado en la creación y puesta en marcha de planes preventivos en Navarra, La Rioja, y los Ayuntamientos de Málaga y Zaragoza. Mantenemos una coordinación permanente con Facebook y Google para la prevención en las redes sociales. Aprovechando el 10 de septiembre, Día Internacional de la Prevención del Suicidio, organizamos una campaña de concienciación en todo el territorio nacional. Y, finalmente, abrimos la línea 717 003 717 para facilitar la atención a personas en situación de riesgo.
Entre tanto, seguimos con la tarea cotidiana de atender telefónica y presencialmente a los afectados y sus familias. En 2016, recibimos 1.517 llamadas de temática suicida de las cuales en 32 de ellas el llamante declara que el acto suicida está en curso. Ofertamos atención terapéutica a 730 personas con riesgo de conducta suicida, realizando un total de 4.918 sesiones terapéuticas. Y contestamos 11.321 llamadas consideradas preventivas dadas la situación de riesgo de los llamantes.
Desde estas líneas os invitamos a todos a sumaros al esfuerzo común de concienciar y prevenir el Suicidio. Y os pedimos a todos: ROMPER EL SILENCIO.