Hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer, la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (ASAPME) reclama visibilizar el problema que sufren las mujeres con enfermedad mental víctimas de violencia de género. Ellas son objeto de una doble agresión. Agredidas por su maltratador y, además, juzgadas por el sistema y apartadas de los recursos específicos en psicología y psiquiatría, al considerar que ya disfrutan de esos servicios por su enfermedad.
Las mujeres con problemas de salud mental víctimas de violencia machista, denuncian que sufren un doble estigma. El que pesa por su condición de enferma mental y el de ser mujer. Es por ello que sienten que el sistema las juzga a ellas en vez de a su maltratador, dudando de su testimonio y restándoles credibilidad.
Además, sobre ellas pesan prejuicios sobre su sexualidad, presentadas como seres asexuados o hipersexuales, consideradas menores de edad, no aptas para ser madres, incapaces de mantener una relación de pareja o de sostener argumentos veraces.
Por otro lado, ante la fragilidad de su estabilidad emocional fruto de la enfermedad, la violencia de género acaba por destruir su estado de ánimo y autoestima. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el género afecta de manera determinante a la salud mental. De hecho, las mujeres tienen 3 veces más riesgo de desarrollar depresión, el problema de salud mental más frecuente y que será la principal causa de discapacidad en el mundo en los próximos años.
Reivindicaciones
Por todo ello, desde las asociaciones de familiares y afectados por un problema de salud mental se reclama garantizar la accesibilidad universal en todos los servicios públicos además de otros dispositivos específicos de protección como los destinados a mujeres víctimas de violencia machista.
Del mismo modo, se considera imprescindible establecer mecanismos de acogida y reagrupación familiar en situaciones de crisis y/o violencia. Por lo tanto, se solicita implantar urgentemente protocolos específicos en los servicios de salud mental para la detección y el tratamiento de situaciones de violencia.