Desde su fundación AMASOL ha luchado por la visibilización de la mujer en general y de las mujeres que encabezan hogares monomarentales en particular, reivindicando sus derechos y reclamando una igualdad, en todos los ámbitos de la sociedad, que aún está muy lejos de conseguirse.
Con esta directriz por bandera y con motivo de la Celebración Internacional de las Mujeres el próximo 8 de marzo, la Junta Directiva de AMASOL ha decido unirse a la huelga convocada mediante un paro de dos horas de actividad.
Entre otros motivos que nos llevan a apoyar el paro convocado destacamos los siguientes:
– El desempleo, al igual que la pobreza, tiene rostro de mujer, alcanzando a más de dos millones de mujeres (el 58% del total).
– La precarización del empleo femenino en un mercado laboral que nos condena, a través de una segregación horizontal y vertical, una brecha salarial vergonzosa y un techo de cristal, a una posición de desigualdad y discriminación, laboral y social.
– La escasez o inexistencia de medidas de conciliación así como de una conciencia productiva y empresarial que permita un adecuado desempeño laboral y cuidado de personas dependientes y del/ de la trabajador/a.
– Las insuficientes medidas en todos los ámbitos, incluido el laboral, para la prevención y erradicación de la violencia de género.
– VISIBILIZACIÓN Y DIGNIFICACIÓN DEL TRABAJO DE CUIDADOS, que tradicional e injustamente nos ha sido asignado prácticamente de manera exclusiva, tanto dentro como fuera del hogar, y que en el caso de mujeres que encabezan familias monoparentales supone una asignación al 100%, no existiendo opción a corresponsabilidad.
En resumen, las mujeres trabajamos más por menos, dentro y fuera de nuestros hogares: más horas por menos salario, peores condiciones, menor reconocimiento social, menos oportunidades de promoción y de realización.
A todo lo anterior se une, en nuestro caso, que como madres solas desconocemos lo que es un horario de trabajo ya que este, retribuido o no, es de 24 horas. Somos expulsadas del mercado laboral mediante discriminación directa, ante los estigmas que genera nuestra estructura familiar, o indirecta, con horarios y medidas anticonciliatorias y condiciones tan precarias que hacen que la realidad supere cualquier tipo de ficción.
Esta es nuestra realidad, nuestro día a día, por eso el 8 de marzo queremos gritar ¡BASTA YA!
